sábado, 10 de diciembre de 2011

howlin' wolf y el autobús mágico

Internet es una pasada.
Cuando pienso en cómo se encontraba la información antes, en los mecanismos que se utilizaban para acceder a ella y documentarse (hemerotecas, bibliotecas, revistas especializadas, entrevistas personales,...) y en cómo se puede acceder hoy a prácticamente todo (si no tienes ni idea de informática, como es el caso) o a todo (si has estudiado lo suficiente y tienes cierta afición a ello) me quedo con cara de vaca mirando el tren.
Es como cambiar al zapatero en su taller con la aguja  gorda y el cuero colgado de la pared por una línea de fabricación en serie. Sí, otro día comentamos y discutimos el romanticismo del zapatero y sus gafas de ver de cerca a punto de caerse del extremo de su nariz, pero antes unos zapatos, "los zapatos", se remendaban y se alargaban hasta el infinito. Hoy tenemos de diferentes tipos para diferentes fines, en ocasiones de diferentes tipos para el mismo fin inclusive. Como todo, seguramente acarrea consecuencias negativas, pero no caeré (no al menos esta mañana) en el maniqueísmo de "que bien estábamos antes y cómo se ha perdido todo ahora". Más vale ser guapo, rico y sano, que feo pobre y enfermizo. Tener tres pares de zapatos es mejor que tener un par de zapatos.

Esto, llevado a internet, es lo que hace que esté yo aquí, café con leche en mano, haciendo el tonto de página en página y ZAS! me tope con un reportaje cinco estrellas acerca del genio del blues de Mississipi. Algo que hace veinte años sólo hubiera occurido si hubiera cogido la Alsina Graells y me hubiera puesto en Madrid a rebuscar en librerías o archivos varios.
Me lo encuentro en un blog de los propios de cabecera llamado Autobús Mágico.
 No soy muy partidario de fusilar aquí el texto de otros blogs, ni citándolos. Quizás una parte que me haya gustado especialmente, un punto concreto, pero creo que quien lo escribe se merece el respeto de leerle tal y como ha querido que la información esté presentada.
Por eso os dejo los dos enlaces para llegar a esta joyita.
Aquí encontraréis la primera parte.
Y aquí encontraréis la segunda parte

Creo realmente que merece la pena. La vida de los músicos afroamericanos en norteamérica durante el siglo XX, yo diría que hasta finales de los 70, es una novela. Desde los primeros bluesman y sus mil peripecias para tocar y sobrevivir a la vez hasta los movimientos raciales y la movida blaxploitation. No ya desde un punto de vista musical (aunque es evidente la repercusión en sus letras y su forma de interpretarlas de sus vivencias), sino meramente desde un punto de vista sociológico y humano.

Pero, a donde vamos, un breve pero intenso hilo músical para quien quiera acompañar la lectura, o simplemente para quien no quiera escuchar la pelea de los vecinos, que no cenaron anoche los crispis y se están mentando las madres al coger el ascensor.
Cosas buenas a tod@s.

Howlin� Wolf - Killing Floor



Howlin� Wolf - goin' down slow



howlin wolf - passing by blues the very best of howlin wolf



Howlin' Wolf - Smokestack Lightning

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