viernes, 16 de noviembre de 2012

... y nació el "rock torero"

O al menos así le dió a Umbral por llamarlo.

Corría el año 1982 y el sello Tic Tac decidió editar un mini álbum recogiendo cuatro cortes de dos grupos punteros, gamberros e imaginativos del momento. Uno de esos grupos era Parálisis Permanente, el otro, el del rock torero, se llamaba Gabinete Caligari.

Y Gabinete lo formaban tres de los rockeros más emblemáticos que dió la época dorada del rock ibérico de finales del siglo XX, a saber: Jaime Urrutia (voz, guitarra), Ferni Presas (bajo) y Edi Clavo (batería).

No es el post de hablar de Gabinete. Es el post de hablar de ese primer trabajo que se editó de ellos, aquella cosa extraña junto a Parálisis en la que cada grupo colocó dos temas. En concreto de su tercer corte. Los Parálisis de Eduardo Benavente aportaron con Autosuficiencia y Tengo un pasajero, y los Gabinete con el tema que traigo hoy, Golpes, y con Sombras negras.

A estas alturas de la película me cuesta creer que alguien de más de 35 no haya escuchado Golpes por lo menos dos o tres veces en su vida, pero todo es posible. Una canción rompedora que ahora costaría seguramente sacar adelante, pero que en su tiempo se incluye dentro de una ola de libertad creativa y de iconoclasia radical. De las dos grandes temáticas caligarianas de los comienzos (sado y fetichismo castizo), Golpes se enmarca claramente en la primera. Provocación como vehículo.

De este álbum se editaron tan sólo mil copias. Se acabaron en un abrir y cerrar de ojos. Eso hizo que uno de los que sería sello emblema en su carrera, Tres Cipreses, decidiera re-editarlo. Por alguna razón que desconozco no repitieron la portada y acabó saliendo una fotografía diferente. En ambas dos figuras encontradas, dos especie de saleros-robot en la primera (o eso me ha parecido siempre a mi) y dos freakis de circo en la segunda. De glorioso blanco y negro ambas.

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Me gusta mucho el sonido de la guitarra en esta canción, así como lo delante que va el bajo. Se escucha perfectamente a los tres. Debe de ser eso que llaman algunos power trio, la mejor fórmula para el rock. Pero dejar que me regodee en la vocalización de Jaime. Enorme. Antes de que el estado actual copase todo (ando esperando la nueva ola punk que desmonte el tenderete que el indie nos tiene montado en la arena de la playa) había quien cantaba en este país haciendo gala de estar cantando. Leía el otro día a Loquillo en el Ruta diciendo que ya no quedan estrellas del rock, y añado yo: se ha matado al front-man. Es una pena, porque creo en el front-man, creo en Elvis, pero creo también en Javier Gurruchaga o en Alice Cooper. No es que odie el concepto actual, me cansa la homogeneidad (por extensión) de la propuesta.

Por eso, de vez en cuando, me pongo un disco de los Gabinete y recuerdo tiempos en los que la cosa daba más juego.

Golpes, un himno perverso, no hay duda.

Cosas buenas a tod@s.


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