viernes, 23 de noviembre de 2012

Mejor solo que mal acompañado

Tengo un caso curioso con un tipo que se llama Jakob Dylan. Seguramente el lector sabe de sobra de quién hablo, pero peco de simple y me gusta, si antes no lo he mencionado en el blog, no dar nada por supuesto y explicarlo.

Este señor Dylan tiene mucho que ver con el "otro" señor Dylan, perdón, con "EL" señor Dylan por excelencia, Mr Bob. Es hijo suyo.

He leído algunas disertaciones acerca de qué necesidad tenía Jakub de utilizar el apellido postizo de su progenitor. Que utilizase el natural hubiera sido algo, cuanto menos, irreprochable. Recurrir al artístico desprende cierto tufillo de oportunismo comercial. Por alguna razón absolutamente infundada y falaz creo que no es el caso. No puedo aportar ni un solo argumento racional, pero me da que va más en la línea del reconocimiento y el homenaje que en la del rédito económico. No creo que al joven Jakub le hayan faltado nunca por la mañana los copos de maiz azucarados nadando en el bol de leche.

El problema musical viene cuando cae en mis manos un disco de un grupo llamado The Wallflowers. Es mi primer encuentro con él. No diré que decepcionante. Sería poco decir. Ha sido de los discos que más frío me han dejado en los últimos cinco o seis años. Hasta tal punto llegó que me deshice de él. No lo quería ni ocupando espacio en mis estanterías ni bytes en mis Ipods. Los tópicos existen porque hay momentos en que encajan a la perfección. Este era uno de ellos.
Como la rectitud moral es algo muy castellano y yo sólo tengo un 33% de castellano, me dejé caer en las frases más perversas hacia la figura de la descendencia del bardo.

Pero bueno, hasta San Pablo cayó del caballo. Yo me caí de bruces y abrí un surco con las paletas sobre la tierra. El empujón me lo dió un disco llamado Seeing things  (como la canción de los Cuervos)


Y vi la luz.

Olvídense de Wallflowers y puñetas y escuchen este trabajo. Olvídense del apellido y de la persona y déjense embaucar por este puñado de preciosas canciones. Uno mira sin querer los créditos y, oh no!, otra vez!, uno de nuestros barbudos favoritos a los mandos, it's Rick Rubin again.

Me gustan todas, de principio a fin, pero no es éste un post de disco sino de personaje.

Si no lo conocéis buscadlo, si lo tenéis rescatadlo, o dadle una primera escucha en Spotify aquí si sois de los que, como servidor hizo, mantenéis vuestras dudas respecto a lo que puede dar de si "el hijo de".

La pregunta es necesaria, después de esto, por qué vuelve a grabar con los Wallflowers? Este falsario no lo comprende. Espero que, al menos, mantenga los dos proyectos en paralelo. La prueba es un segundo trabajo, Women + Country, pero ese lo tengo aún en la recámara.

Cosas buenas a tod@s.


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