domingo, 11 de noviembre de 2012

Muerte en Goteburgo ó HDMNSDSE: In Flames

Anoche tuve un paseo por el death metal, o al menos por grupos que podrían acercarse a esta etiqueta. El hecho de no querer parecernos a alguien hace que al final cada conjunto necesite una etiqueta propia para definir su estilo, es decir, perder el objetivo último de las etiquetas, que es agrupar diferentes elementos bajo un nexo de unión y así hacer más accesible el acercamiento a una realidad.
Así pues me disculparán los puristas del metal si el grupo que menciono hoy no es death metal del bueno. Me pregunto si no estaré haciendo una burrada parecida a calificar de flamenco a El Barrio.
Lo que sí podría apostillar es que se trataría, en todo caso, de un death metal melódico. A ver si así consigo alguna indulgencia.


In Flames es un grupo sueco (Suecia otra vez, efectos de lo que parece una educación musical corecta ya desde los niveles elementales) representante de una escena que algunos dan en llamar Gothenburg Metal.
Seré muy breve.
Los orígenes del Death Metal cabe buscarlos en bandas trash. Aquí ya hemos hablado de dos claros ejemplos del género trash como serían Metallica y Slayer. La primera deriva hacia el death vendría por los sonidos de éstos últimos y de un grupo de referencia en esta escena: Venom (británicos esta vez). Estamos hablando de inicios de la década de los 80.
Esta primera impronta se reproduce en bandas especialmente a lo largo de Estados Unidos, combos muchos de ellos de nueva creación durante la primera mitad de los 80. Hay dos conjuntos importantes en este desarrollo a nombrar: Possessed y Death. Los primeros editando un trabajo cabecera del género propiamente dicho: Seven Churches, los segundos por su aporte al decálogo del estilo, principalmente con las contribuciones de su guitarrista y vocalista Chuck Schuldiner.
La escena crece y a finales de la década salta el charco y encuentra eco en Suecia generando una escena local con un sonido europeo diferenciable del americano. Es el momento en que bandas como In Flames entran en acción. Sonidos más melódicos, etapas de los cortes donde se abandona el sonido gutural para incorporar evoluciones más clásicas de voz. Toques de épica ausentes en la versión norteamericana. Un sonido más inmediato aunque empapado en las esencias del género (tonalidades menores, guitarras distorsionadas, temática gore y satánica, etc).

En el momento en que escribo esta reseña, Spotify presenta nueve trabajos nueve de los In Flames. No me ha dado tiempo a escucharlos todos. Empecé por el Reroute to Remain del 2002 y aún lo estoy asimilando.

La escena nórdica es un universo paralelo interesantísimo. A veces escuchamos bandas que presuponemos británicas por el idioma en que cantan y no tenemos idea de que se trata de material Made in Sweden. Dentro de esa escena, el metal es un subconjunto casi infinito. Dar un paso, aunque sea pequeño, como es el caso, nunca está de más.

Os dejo con una que considero de las más inmediatas. No veo por qué este tema no pudiera estar en cualquier emisora nacional a las dos de la tarde. Pero no lo está. Ese es uno de los problemas.

Cosas buenas a tod@s.


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