domingo, 1 de julio de 2012

Tres lecciones de humildad

He tenido la suerte dificilmente mesurable de encontrarme tres post esta mañana de quitar el sentido. Tres joyas que valen cada palabra que llevan. Tres escritos que deben a sus escritores conocimientos, honestidad y amor y pasión por la música.

De los tres blogs creo que, a estas alturas, no cabe que hable. Forman parte de esa selección que siempre puede encontrarse a la derecha de mis palabras y constituyen una de las vias fundamentales por las que este ignorante con ínfulas de llegar a entender un poquito de la cosa esta de la música se alecciona y se instrumenta.

El primero me lo he topado en el rincón que el amigo Tsi-na-pah tiene en este mismo blogspot. Una entrada para conocer un poquito más a uno de esos grupos que no aparecen en las portadas de las revistas, pero que significó un avance en la evolución de la música tradicional americana para convertirla en mainstream y empapar las mentes y los pantalones de muchos músicos y seguidores en todos los rincones del planeta. Hablo de Gram Parsons y sus Flying Burrito Brothers. Otro día podemos hablar aquí un poquito más de él. Se cruzó en mi camino hace unos años con ese disco fundamental que se llama The Gilded Palace of Sin. Tipo singular, personalidad controvertida, de profundas raíces, ególatra taimado, increible compositor, piedra de toque de unos Byrds descabezados, encantador de serpientes capaz de sacarle voz a su guitarra. Leedlo por favor, la anécdota del final es de las que recordaréis de por vida.
El post aquí.
Un regalo de Gram Parsons aquí:

La segunda ha sido una exposición a tumba abierta de ese kamikaze del corazón americano de la música que es Fernando Navarro en el post que mantiene regularmente en la versión digital de El País: La ruta norteamericana. Se titula: El rito de Van Morrison. Leerlo es comprenderlo, no avanzo nada. Fernando entremezcla con sabiduría eso que servidora aspira a poder transmitir, no mero conocimiento musical, sino la parte emocional que va inexclusablemente ligada. La viviencia que pega las canciones a nuestra vida de forma imperecedera.
Pueden pasarte dos cosas en esta vida, que te ocurra o que no. Lo normal es que pase lo primero, estamos preparados para ello. En ese caso eres un afortunad@. Lo contrario es una desgracia a la que poner remedio de inmediato. Si te has tomado la molestia de llegar hasta esta línea estas en el primer grupo. Soy de los tuyos.
El post aquí.
Un regalo de Van Morrison aquí:

La tercera es un compendio técnico de los que siempre he querido leer y nunca me había encontrado. Título, el de este blog, que ya hubiera querido imaginar para el mío: Music is my savior. revolver, Manuel J y Bruno son los culpables.
Si alguna vez habéis sentido la más pasajera necesidad de que alguien os comente abiertamente, sin tapujos, detalles de la eterna pregunta acerca de la calidad musical del formato vinilo frente al CD, éste es vuestro post. Parte de una cadena fácilmente seguible a través de los propios enlaces del blog.
Ideal para iniciar una conversación con Cat Stevens de fondo, un cortado, un chupito de orujo de hierbas y un Don Julián #1 comprado con urgencia.
El post aquí.
Un regalo de Cat Stevens aquí:

Gracias a todos los que andan los caminos y se toman la molestia de escribir y dibujar los mapas de ellos. Por las sendas ocultas que nos muestran y los placeres que nos descubren.

Cosas buenas a tod@s.

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