viernes, 22 de junio de 2012

El "leitmotiv" de las galaxias

Recuerdo haber leído en algún sitio que la música clásica del siglo XX era la música que se había compuesto para el cine. Personalmente creo que es desconocer e ignorar mucho que se ha hecho en el siglo XX en términos de música clásica, pero como no soy un experto me callaré hasta tener un conocimiento más concreto.

En cualquier caso el extremo opuesto me parece igualmente ridículo. Minusvalorar las partituras orquestales que han salido de la cabeza de gente como Bernstein (cualquiera de los dos), Nyman, Goldsmith, Morricone, Silvestri, Conti, Steiner... sería, además de una injusticia, una falta de criterio evidente.


Es el caso de quien hablo hoy. Un tipo llamado John Williams que apareció en escena allá en el lejano 32 en Long Island, New York, y al que muchos de los nacidos en la década de los setenta debemos las melodías que acompañaron y acompañarán nuestros sueños hasta el día en que por una razón u otra nos toque dejar deshechas las maletas para que vengan a hacérnoslas otros. La lista de melodías que nos ha dejado no es infinita, pero dan ganas de que lo sea: Tiburón(Jaws), Superman, Indiana Jones en busca del arca perdida (Raiders of the lost ark), E.T. (E.T. the Extra-terrestrial), Parque Jurásico (Jurassic Park), La lista de Schindler (Schindler's list), Harry Potter y la piedra filosofal (Harry Potter Philosopher's Stone), ... o la que hoy nos ocupa. Una sintonía grabada en la mente colectiva del último cuarto del siglo XX, el tema principal de La guerra de las galaxias (Stars Wars).

Cuando estuve leyendo e indagando acerca de ópera hace unas semanas (para escribir esto) me encontré con una figura de esas que toca aprenderse por huevos si se quiere comprender lo que nos rodea. Me refiero a un tipo llamado Wagner, Richard. Parece ser que el tal Wagner revolucionó el concepto musical imperante en el momento con la introducción de ciertos elementos. Uno de ellos el leimotiv. Gracias al leitmotiv las óperas de Wagner incorporaron un hilo que permitía al espectador reconocer un elemento concreto de la trama (fundamentalmente un personaje). Este hilo se concretaba en un fragmento de melodía fácilmente identificable por el espectador, como si de una "firma sonora" se tratase. Una melodía que debiera de aceptar de forma flexible variaciones que permitieran su inclusión en la obra de forma diferente sin perder el sentido original.

Cuentan que en las conversaciones que allá por los setenta se tuvieron Lucas y Williams al respecto de qué cuerpo darle al envoltorio sonoro de Stars Wars, el primero insistía en tender hacia formas clásicas, algo que el espectador encontrase natural y sencillo, algo que le quedara integrado en el conjunto sin que chirriase, pero que fuese un personaje mas de la trama, un hilo de conexión del argumento. Y el Sr Williams solucionó musicalmente el acertijo incorporando unas notas identificables que sirvieran de leitmotiv. Más adelante recurrió al concepto para las bandas sonoras de otros films, pero posiblemente ésta fue la primera ocasión.

Un arranque mítico y un compositor de quitarse el sombrero. Que suenen las fanfarrias, empieza la guerra.

Cosas buenas a tod@s,


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