martes, 28 de febrero de 2012

El "disco de la semana" en la picota

No por casualidad me salté reseñar el primer disco de Blondie, que estuve escuchando hace dos semanas. Tampoco es casual que no hablara del primer disco de Cheap Trick, el de la semana pasada. Casualidades de la vida ambos trabajos homónimos (a sus respectivas bandas, claro está). Lo que me frenó no fue otra cosa que la obligatoriedad semanal del "posteo". No siempre el disco que escucho en el coche es ni lo que más me ha llamado la atención esa semana, ni sobre lo que más me apetece charlar. Es por esto que tengo esta idea en la nevera, a baja temperatura, para evitar que se pudra aunque no me la coma.

Últimamente, además, pienso en la cantidad de podcasts que me descargo y que no me da tiempo a seguir. Estoy pensando en alternarlos con los álbums en esas dos horas aproximadas que tengo cada día sobre la carretera. Me recomienda mi sentido común, el mejor de mis psicoanalistas (y el más barato de esa colla de buitres), que me centre en la parte hedonista del asunto para no caer en un síndrome de Stendhal irreversible. Me cuesta hacerle caso, pero le sigo como el que no quiere saltarse un sólo paso de la receta de Callos con garbanzos que le ha dictado su madre al teléfono.

No escribir de ellos no significa que me pasen desapercibidos. Ambos dos, Blondie y Cheap Trick, me han traido sonidos básicamente divertidos. Más cercanos a lo que cabía esperar de ellos los primeros, más oscuros de lo que me esperaba los segundos (conocía los Cheap Trick de Tom Werman y me pillaron en bragas los de Jack Douglas).

Hablar de Blondie y no mencionar a Debbie Harry me parece complicado. La musa carnal del post-punk neoyorquino da personalidad y alma a este combo. Basta ponerse el CD y escuchar ese arranque hablado:
I saw you standing on the corner, you looked so big and fine.
I really wanted to go out with you, so when you smiled,
I laid my heart on the line
para decidir que merece la pena seguir a través del minutaje de esta probablemente menor, pero significativamente interesante, obra de la segunda mitad de los 70s. En Spoty aquí. Otro día más de Blondie, y mejor.



Con los Cheap Trick me he quedado un poco planchado. No porque me haya decepcionado el disco en sí. El motivo es que hay un sabor genuinamente americano que se me pega al paladar como cierto tipo de pan de hamburguesa y no me lo puedo sacar con la lengua, tengo que meter el dedo y raspar.
El caso es que, hasta que decido perder las formas, todo lo que coma me sabe a lo mismo, a pan pegado al cielo de la boca. No me pasa con otras bandas como los Lynyrd Skynyrd, pero me pasa con esta producción que Jack Douglas les hizo a los de Illinois. Pasan los cortes y no sé decir a ciencia cierta si he cambiado o no de canción. Tampoco soy capaz de encontrar el porqué del resultado del conjunto. Cada parte me suena correcta. Las guitarras hacen... pues eso que hacen las guitarras, la batería... ya sabéis, pam pam, pum, pum y todo eso, los juegos vocales y los coros están bien traidos. En serio, anunciaría Philip Morris con esta banda sonora de fondo y unas imágenes de mustangs corriendo salvajes por praderas del medio oeste y chicas en bikini patinando por las aceras de Sunset Boulevard, pero creo que después iría el estanco, dudaría un segundo, y acabaría comprando Chesterfield convencido de estar atendiendo a mi lavado cerebro.
En Spoty aquí.

Diría de estos dos trabajos que son necesarios, pero no imprescindibles. La ignorancia es valiente. Pero recomiendo la escucha. Sobretodo del primero. Cosas buenas a tod@s.

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