jueves, 6 de septiembre de 2012

Dónde están los charcos?

Este verano, mientras me apretaba unas latas de cerveza bajo la luna de agosto (tema que caerá, caerá) me decía un buen amigo que echaba de menos en el blog más "charcos". Los mismos que, en ocasiones, sí dejo caer por La Gramola. Es evidente que a mi amigo le tira la discordia y el morbo. Contemplarme sobre el filo de la navaja para quizás, en ocasiones, ver sus secretos gustos reflejados en mi pública reseña.

Expliqué una vez lo que era un charco, y es cierto que poco me he vuelto a meter, así que ya toca. Para gusto de mi colega, y para ofrecer diana a los dardos que, estimados lectores, tengan a gusto lanzar.

Así que, así las cosas, me meto de cabeza con una canción que me atrajo desde el primer momento en que la escuché. Lo curioso del asunto es que, cuando me llegó, yo había recorrido ya el camino de vuelta que una vez me llevara a incluso pagar entradas para ver en concierto a su intérprete. Pero dejémonos de tanto preámbulo. Hablo de Petroleros, un tema que Carlos Goñi publicó junto a su banda Revolver en su álbum 8:30 a.m de 2002.

No puedo decir que el madrileño (añadiría "-levantino") sea uno de mis puntos de referencia musicales, pero veo que se convierte en un lugar común de críticas por parte de individuos e individuas de variado pelaje. Unos por que no es lo suficientemente duro, otros porque se lo quieren demasiado las radio-fórmulas, hay terceros que le critican que es demasiado moñas escribiendo y nunca falta los que le acusan de figura de look impostado y hueco. No era yo seguidor de Comité Cisne por lo que poco puedo hablar de sus comienzos, pero sí que me llegó pronto en su etapa de Revolver, exactamente desde su primer trabajo como tal. Y no me desagradaba el sonido limpio y acústico de su música y la honestidad de su propuesta.
Sinceramente creo que aquel Básico que publicó en el 93 era un trabajo pionero de concepto, de grabación y de ejecución. Luego, las cosas como son, le fui perdiendo la pista. Imagino que no encontré la evolución en él que me esperaba después de aquel último disco. Tengo un post pendiente para dejarme un rato sobre este tema de la no evolución de algunos.

Pero un día, no puedo recordar cómo, me llegó esta canción, y me gustó. Tiene ese "algo" que tienen los charcos y que me cuesta definir. Me gusta el arranque del piano. Me gusta como entra la voz. Me gusta como cuadra la letra. Me gustan las analogías que cuenta y cómo pegan con el avance de la melodía. Me gusta el arreglo de cuerda. Y me parece que no intenta nada más. No le veo componiendo esto para que le aclamen en un estadio. No veo a las radio-fórmulas aguantando los casi cuatro minutos de este ritmo sostenido. Me volvió la honestidad que me transmitía al principio.

El tenía tanto miedo
que lo que más le asustaba
es que ella oliera su espanto
resbalando por la almohada.


Me gusta.

Cosas buenas a tod@s.



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