sábado, 5 de mayo de 2012

Hay música que es mejor escuchar de noche

Hace mil doscientos años, un dieciséis de mayo, hice la primera comunión.
Ignoro si se debe de escribir en mayúsculas lo de primera comunión: "La Primera Comunión". La Iglesia Católica es muy dada a las mayúsculas, de ahí mi duda. A mi me enseñaban que cuando se hablaba de Dios, incluso utilizando el artículo con cualidad de pronombre (en pequeño jardín me he metido ahora, ójala me lea Ansón el blog y me rectifique), había que utilizar siempre mayúscula. Todo esto para explicar que, celebración de aquel sacramento, me regalaron un pequeño transistor plateado.

Mi primera ventana de libertad a deshoras.
Bajo la almohada lo tenía, evitando despertar a mi hermano, y pasando por el programa que tenía SuperGarcía en Antena 3 Radio en espera de que Carlos Pumares diera inicio a su "Polvo de Estrellas" a la una y media de la madrugada.

Entonces escuchaba cositas "de la cosa esta del cine", reía con sus ocurrencias, y,  muy de poco en poco, me llegaban canciones que habían formado parte de películas. Otras veces sencillamente ponía el buen hombre lo que le salía de los huevos, que para eso trasnochaba. Esto me hace pensar en traer al blog música que me gusta escuchar de noche si el post está escrito de noche.

De noche la música, por alguna razón que desconozco, me suena mejor. Como si la oscuridad anulara un sentido para potenciar el otro. No son pocos los que han afirmado que la música, como mejor se escucha, es a solas, con un buen equipo y a oscuras. A oscuras no, pero solo y con unos buenos auriculares sí que estoy. Pocas veces se da la oportunidad de afrontar algo con un 66% de posibilidades de acierto.

Y, de entre las verticales canciones que se acumulan en mi cabeza cayendo de la nube como kamikazes ("viento divino" en traducción literal, y aunque los japoneses no les llamaran así) me traigo una al blog entrando poco a poco en la madrugada. Se llama One more kiss, la canta Don Percival y la conozco porque me compré (hace sólo 500 años) el vinilo de la banda sonora de esa joyita que se tituló Blade Runner.


Una canción que habla del amor que fue y no volverá a ser, al menos hasta que el cielo nos una. De la agridulce melancolía del recuerdo, del triste pero inevitable recordar de los dias pasados, de la amargura de garganta que queda al pronunciar los nombres inútiles hoy, cotidianos una vez. Si es de dia en el momento en que lees estas líneas no sigas, espérate unas horas. Te gustará más...esto:





Gracias Pumares. Cosas buenas a tod@s.

No hay comentarios:

Publicar un comentario