viernes, 1 de febrero de 2013

No me arrepiento de nada

No, nada de nada,
No, no me arrepiento de nada

Ni el bien que me han hecho
Ni el mal, todo eso me da igual
No, nada de nada,
No, no echo de menos nada,
Eso esta pagado, barrido, olvidado,
Me importa un bledo el pasado
Con mis recuerdos , hice una fogata,
Mis tristezas, mis placeres, no los necesito más,
Barridos los amores y todos sus temblores
Barridos para siempre, vuelvo a empezar de cero.

No, nada de nada,
No, no me arrepiento de nada,
Ni el bien que me han hecho,
Ni el mal, pero no me importa.
No, nada de nada,
No, no me arrepiento de nada,
Porque mi vida, porque mis alegrías,
Hoy, comienzan contigo.



No hablo francés. Mea culpa. Por eso necesito que me traduzcan esta canción. Para comprender qué me dice esta mujer con su aliteración. Para desgranar de una puñetera vez qué cuentan unos versos que he oído mil veces. Metidos en publicidad, en cine, hasta el infinito repetidos. Para comprender finalmente que la protagonista no se arrepiente de nada. Un tema en la onda conceptual del my way. Una canción con la que mirar atrás sin ira y afrontar lo que queda contemporizando.


Qué vida la de esta tipa!. Edith Piaf. La pequeña gorriona de la canción francesa. Hay muchas sombras sobre la misma, posiblemente la leyenda y la realidad se mezclan hasta un punto a estas alturas indiscernible. Abandonada por sus padres en su primera infancia y criada por su abuela. Cuando, tras el alistamiento de su padre en el ejército para luchar en la Primera Guerra Mundial, es devuelta junto a su madre, ésta regenta un burdel en Normandía. Las prostitutas serán allí quienes cuiden de ella y le paguen una intervención que la hará recobrar la vista a la edad de siete años (la había perdido con tres). Madre a los 17 pierde a su hija por meningitis cuando ésta contaba tan solo con dos años. Es por aquella época cuando comienza a a cantar por clubes de París y cuando fabrica su imagen, siempre vestida de negro. Un puñado de vicisitudes sacadas sin concierto de una biografía de novela.

El caso es que tarde ya, hacia 1960, apartada de ese mundillo, la convencen para volver a entonar su voz y descerrajarnos un tiro en el corazón con esta melodía de Charles Dumont y esta letra de Michel Vaucaire.

Hay que escucharla sabiendo lo que dice. Por que en voz de una mujer que no se privó de nada, que lo vivió todo, tiene mucho más sentido el que no se arrepintiera de nada. Si lo cantara yo sonaría a chiste.

Cosas buenas a tod@s.

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Non, rien de rien,
Non, je ne regrette rien,
Ni le bien qu'on m'a fait,
Ni le mal, tout ça m'est bien égal.
Non, rien de rien,
Non, je ne regrette rien,
C'est payé, balayé, oublié,
Je me fous du passé.

Avec mes souvenirs, j'ai allumé le feu,
Mes chagrins, mes plaisirs, je n'ai plus besoin d'eux,
Balayées les amours, avec leurs trémolos,
Balayées pour toujours, je repars ŕ zéro

Non, rien de rien,
Non, je ne regrette rien,
Ni le bien qu'on m'a fait,
Ni le mal, tout ça m'est bien égal.
Non, rien de rien,
Non, je ne regrette rien,
Car ma vie car mes joies,
Aujourd'hui, ça commence avec toi.

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