lunes, 20 de agosto de 2012

Surf ibérico

Los Coronas son un combo que poca presentación necesita a estas alturas de la película.
Se encuentran en mi lista de "debe" junto con miles de bandas y la última semana del curso acabado a  veintisiete de Julio se la dediqué a ellos y ese trabajo de música surf llamado, oh capacidad descriptiva!, Surfin Tecnochtitlan.
A mi lo de Tenochtitlan, dentro de la música, me trae el tema de Casany y sus Seguridad Social a la cabeza (tema que rescataremos en otro momento). Y poco me esperaba yo lo que me iba a encontrar en este álbum.
Instrumental quiere decir instrumental, con lo cual el mayor mensaje que hay es el implícito de reconocer la maravillosa técnica a las seis cuerdas que estos destilan. Le debo escuchas en silencio, sin el crujir de la carretera mascándome la goma de los neumáticos, sin los motores veloces que me avanzan por la izquierda ansiosos de comenzar la jornada, para hacer una de esas escuchas en que buscas las pistas con cuidado, separando los instrumentos en la cabeza saboreando cada nota. Es frikismo musical, pero como todo frikismo, es gozada pura para el que lo disfruta.

Disto mucho de conocer de la música surf algo más allá de las escuchas que la peli Pulp Fiction me indujo respecto del material de Dick Dale y sus Del Tones. Slides acentuadas que hasta se me antojan esperpénticas cuando el oído aún no se ha hecho a sus estructuras. Despertando en el neófito una sensación que me expresó una vez un conocido (y profundo ignorante del cante jondo) al espetarme sin siquiera inmutarse lo más mínimo "en el flamenco hay varios cantes? pero si el flamenco suena todo lo mismo. Es flamenco, y punto". Este sujeto, con el que no por esta razón, vaya por delante, ya no trato, hablaba con la valentía que el desconocimiento imbuye en sus adeptos (yo mismo en miles de campos). Sin embargo esconde una verdad inalienable y universal: cuando las diferencias entre distintos temas entran dentro de lo infinitesimal, de lo mínimo, de lo miniaturizado, el oído desentrenado pasa por alto las diferencias y tiende a englobarlo todo bajo la misma etiqueta. Me pasó inicialmente con Dale y, gracias al ejercicio realizado con él, no me ha pasado ahora con Los Coronas.

Si el solitario (porque no somos una gran comunidad) lector de este blog se atreve con la escucha y se sabe propietario de un oído similar, dése su tiempo, configure en la medida de lo posible el álbum como banda sonora de su cotidianeidad durante un par de semanas, haga de los riffs y los vientos su ruido de fondo particular fusionado al del crujir de las patatas friéndose en la sartén o las risas de los tertulianos del programa rosa de la televisión. Encontrará entonces, tras unos días, la definición precisa. Donde antes el mar se veía uniforme, comenzarán a distinguirse las olas. Que es música surf, de eso se trata.

Cosas buenas a tod@s.


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