domingo, 2 de diciembre de 2012

¿La segunda banda más importante de la música popular?

Leí una vez, no recuerdo exactamente en qué libro, que The Velvet Underground había sido la banda más influyente de la historia en lo que a música popular se refiere. Para alguien acostumbrado a escuchar el nombre de The Beatles sobre la misma sentencia, la cosa no dejó de tener su impacto visual.
En otro tiempo, en otro lugar, leí que la línea pasaba de Elvis Presley a The Beatles, y de éstos a la Velvet. No había habido nadie, quizás un reconocimiento "oficioso" (como si no lo fuera toda esa clasificación) ex-aequo a Michael Jackson, que hubiera influido de forma tan decisiva en la musica hasta el punto de girar su dirección de avance.

Y tomo este punto de partida porque creo que, de los cuatro nombres mencionados arriba, el de la Velvet es el menos conocido. No tanto por no haber escuchado el nombre en sí mismo, sino por haberse acercado a su música, a su especial y particular sonido. Hoy, por eso, quería acercarme un poquito a la Velvet, y hacerlo, además, a su lado más amable.

Es tremendamente complicado sino imposible que alguien sea completamente independiente. Creo que la razón última se encuentra en la propia naturaleza de nuestro cerebro. Nos pasamos los primeros años de nuestra vida aprendiendo y asimilando todo lo que nos rodea. La información es práctica, nos ayuda a la misión primordial que tenemos, sobrevivir. Seguramente ese patrón nos marca de por vida. Impermeabilizarse a los estímulos del entorno puede ser más perjudicial para nuestra psique que el digerirlos y transformarlos en productos más o menos personales tras filtrarlos por nuestro propio tamiz. (ese que hemos fabricado, a su vez, fijándonos en los tamices de otros).

Por eso mismo había vida antes que Elvis, y antes que Lennon, y antes que Reed. Y fue la influencia de esa vida la que les permitió desarrollarse. Todos tenemos ídolos y modelos. Incluso los nuestros a su vez.

Hoy no toca hablar de Elvis ni de los "sin ritmo", de forma que diremos que la Velvet Underground tuvo un origen en el tiempo anterior a su formación. Una primera transformación del sonido en la que cabe anteponerse a los primigenios acordes garageros de grupos como The Sonics o The Seeds para acabar en la maravillosa eclosión que significaron The Stooges en Detroit (sin olvidarnos, sin salir de la Motor City, de los MC5). El objetivo era transformar el sonido. Más que transformarlo, ensuciarlo. Preguntarse por los límites de los propios instrumentos y probar de llevarlos hasta ellos. Eso es evolución. Modificar las frecuencias, alterar las afinaciones, probar y trabajar, y trabajar.

Todo esto estuvo en el ánimo de Lou Reed y John Cale, uno de esos encuentros fortuitos a los que estar eternamente agradecidos. La conexión Reed-Cale (que en seguida sumó la ejecución personalísima de Sterling Morrison) permitió un producto que, si bien no alcanzó en sus inicios la repercusión social que a día de hoy tiene (incluso con la mediación de Andy Warhol de por medio), sí abrió las orejas y el resto de los sentidos a sucesivas generaciones de músicos por venir. Decía Brian Eno que si bien del primer trabajo de la Velvet se vendieron tan solo treintamil copias, cada uno de los que se había hecho con una había formado su propia banda.

Como decía, se trata de un primer apunte, así que no ahondaré más. Vendrán más cosas de éstos en un futuro. Pero decía también que me gustaría comenzar por su cara amable. La de sonidos mucho más inmediatos. Posiblemente empezar así contradiga la apertura de boca de lo escrito arriba, pero siempre me atrajo la idea aquella que me contaba un colega dibujante: Mondrien pintaba cuadros de colores porque ya había dibujado demasiadas manos. Traducido, una cosa es sonar distorsionado porque no sabes hacerlo de otro modo, y otra diferente es sonar distorsionado porque el tocar en tono ha dejado de transmitirte nada.

Una cancioncita muy de domingo por la mañana. Como la despejada y fría estampa que tengo hoy al otro lado del vidrio de la ventana. Un pequeño himno.

Cosas buenas a tod@s.


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